Gouda (Países Bajos)

Los Países Bajos cuentan con una tradición celebrada de elaboración de quesos, y el Gouda sirve como un brillante ejemplo de su maestría. Caracterizado por su textura semidura, el Gouda ofrece una encantadora amalgama de suavidad y cremosidad, mientras que su perfil de sabor abarca desde lo suave y mantecoso hasta lo rico y parecido al caramelo en sus versiones envejecidas. Su icónica forma redonda, adornada con un revestimiento de cera protectora, junto con los bulliciosos mercados de quesos, elevan el Gouda a un festín visual para los entusiastas. Ya sea disfrutado solo o acompañado de golosinas holandesas quintesenciales como bitterballen o salchichas ahumadas, el Gouda promete una experiencia culinaria gratificante, mostrando la cúspide del arte quesero holandés.
Con su renombrada experiencia en la elaboración de quesos, los Países Bajos se han labrado un nicho para sí mismos, ejemplificado por el querido queso Gouda. Este deleite semiduro seduce con su textura suave y cremosa y un espectro de sabores que evolucionan desde lo suave hasta lo intenso con la edad. La inconfundible forma redonda, recubierta de cera, añade atractivo al Gouda, mientras que los vibrantes mercados de quesos añaden un toque de tradición y autenticidad. Ya sea disfrutado solo o acompañado de delicias holandesas clásicas como bitterballen o salchichas ahumadas, deleitarse con el Gouda es un viaje a través del rico tapiz de la herencia culinaria holandesa.
Parmigiano-Reggiano (Italia)

Originario de la región de Emilia-Romaña en Italia, el Parmigiano-Reggiano es cariñosamente conocido como el «Rey de los Quesos». Este renombrado queso atraviesa un riguroso proceso de maduración de no menos de 24 meses, lo que le otorga un sabor robusto y a nuez, y una textura deliciosamente desmenuzable.
Ya sea rallado delicadamente sobre platos de pasta humeantes o saboreado en finas láminas junto con vinagre balsámico, el Parmigiano-Reggiano eleva la esencia de la gastronomía italiana con su profundidad y complejidad incomparables. Su perfil de sabor inconfundible y su extenso período de maduración lo convierten en una auténtica joya gastronómica, apreciada tanto por gourmets como por chefs.